La incubadora, dirigida por Johanné Gómez Terrero en lo artístico y David Baute en lo ejecutivo, celebra su cuarta edición hasta el próximo 17 de octubre
Desde hace ya un tiempo, afortunadamente, la deconstrucción de los parámetros en los que se había entendido la cinematografía ha cambiado. Si durante medio siglo el autor fue un hombre blanco, heterosexual y acomodado, realidad que sigue imperando más allá de lamentos puntuales, conceptos políticos como el feminismo, el antirracismo o lo decolonial han ido perspirando en la ética del audiovisual, dando lugar a muchas pequeñas revoluciones y a un cine más rico y diverso. Es ahí donde entran en juego iniciativas como la incubadora Miradas Afroindígenas, que estos días celebra su cuarta edición y que se entiende como un puente y nicho de creadores con base en República Dominicana y las Islas Canarias.
Entendido como un laboratorio de no ficción, Miradas Afroindígenas nació hace ya cuatro años buscando “fortalecer y estimular la presencia de narrativas africanas y afrodiaspóricas en el cine contemporáneo”, según se explica en las bases del proyecto, y lo hizo de la mano de dos personas sin las que no se puede comprender la entidad del mismo: Johanné Gómez Terrero, directora artística, y David Baute, director ejecutivo. “Tras encontrarnos en el festival MiradasDoc, vimos que existía una necesidad de trabajar con proyectos relacionados con la mirada afro. Y ahí fue cuando empezamos a entender Canarias como puente, situada en África geográficamente pero vinculada histórica y culturalmente a América. Queríamos que fueran proyectos en fase embrionaria, con la idea de fortalecer su parte narrativa y de producción con vistas a llegar a otros mercados más grandes”, explica didáctico Baute a Kinótico.
Míradas Afroindígenas: proyectos seleccionados en 2024
- ‘Agua de la Virgen’ – Alfredo Marimon (Colombia)
- ‘Aliyá, Yeridá’ – Rafael Gueldenman (Chile, Túnez, Catar)
- ‘Aura’ – Otto Morales (Cuba)
- ‘La tempestad’ – Fernando Alcántara (Islas Canarias)
- ‘Lunas’ – Yatnna Montilla (República Dominicana)
- ‘Negro’ – Iván de Lara (República Dominicana)
- ‘Numalali: mi voz, mi vacío’ – Kim Munsamy (Sudáfrica)
- ‘O passe de Gil’ – Isaac Donato y Marília Cunha (Brasil)
- ‘Sanadoras’ – Seta (Ecuador)
- ‘Tierra plegada’ – David Pantaleón (Islas Canarias)
- ‘Tokayo/a’ – Jean Jean y Rachèle (República Dominicana, Haití, Portugal)
Con sede en lugares de excepción, a eterno debate entre lo turístico, lo visitado y lo explotado, Miradas Afroindígenas también intenta intervenir el cómo, no solo el qué: “Cuando vamos a un lugar, intentamos ser parte de ello. Resignificar la palabra turista y transformarla en visitante. Pensar en cómo la isla de República Dominicana en la que hacemos el laboratorio está impactada por nuestra presencia y por el turismo, o qué significan incluso las Islas Canarias para el concepto de la decolonialidad. Hay un profundo significado político en los lugares que hemos elegido”, completa Torres, dando pie a preguntar por esa eterna (y a veces capciosa) dicotomía por la que transitan muchos cineastas racializados: ¿debo ceñirme a mi marca de otredad o transgredirla, hacer mío el ‘mainstream’?
“Si hablamos de mercado, pienso en el trabajo de Themba [Bhebhe]. Él trabajó durante mucho tiempo en el mercado de la Berlinale, verificando que existieran cuotas de personas racializadas. Y eso es una manera de intentar habitar la contradicción. Entendemos que el norte es dominante, pero intentamos garantizar nuestra presencia. Y, por otro lado, tenemos entre los tutores a Carlos [Gutiérrez], que lo que está proponiendo es acercarnos a la circulación de nuestras propias películas a través de vías alternativas. Cada persona que interviene en el laboratorio tiene libertad de posicionarse“, añade la directora artística, ayudándonos a entender el verdadero fin de diversidad de la incubadora y lo importante de su labor ante amenazas reaccionarias.
Con fe en poder seguir aumentando la financiación del ilusionante proyecto, los responsables de Miradas Afroindígenas valoran el crecimiento de la incubadora y lanzan también sus deseos para el futuro a corto y medio plazo: “Nos gustaría llegar a muchos más proyectos y poderlos acompañar. Este año hemos hecho una excepción y hay algunos proyectos ya avanzados, pero nos gustaría que fuera más común, que pudiéramos estar también con las películas en fase de producción y post-producción, llegando incluso a ayudarles a la hora de presentarse a WIP (Work-In-Progress) o laboratorios similares. Pero para eso es necesaria la financiación, y poco a poco la estamos consiguiendo“, cuenta Baute, voz aquí de una de las iniciativas más interesantes de todo nuestro audiovisual.



