Mi hermano Javier, de solo 8 años, falleció el 28 de enero de 1989 en un accidente con una puerta de cristal en la casa de nuestros abuelos en Caracas. Una foto tomada apenas unas semanas antes, en la que aparece jugando a hacerse el muerto con sangre falsa, es ahora un recuerdo escalofriante. Diez meses después, nací yo. Mi madre dijo más tarde que sintió que él se despedía aquel terrible día. Este documental explora la vida y la muerte de Javier desde la perspectiva de un hermano que nunca lo conoció, con el objetivo de comprender el dolor colectivo y ofrecer reflexiones sanadoras.
My brother Javier, just 8 years old, died on January 28, 1989, in an accident involving a glass door at our grandparents’ house in Caracas. A photo taken just weeks earlier of him jokingly playing dead with fake blood is now a chilling memory. Ten months later, I was born. My mother later said she felt him saying goodbye that dreadful day. This documentary explores Javier’s life and death from the perspective of a brother who never knew him, aiming to understand the collective pain and provide healing insights for others who have experienced a similar loss.
